Normalmente estamos envueltos en algo que acaba de suceder o en aquello que está por venir. Nuestras vidas ocupadas, nuestros horarios agitados pueden hacer que sea realmente difícil vivir en el presente, atendiendo a cómo nos sentimos en este preciso instante.
Es en esto en lo que la práctica de Mindfulness puede ayudarnos: Cuando se aborda el presente correctamente y de manera regular puede proporcionar increíbles beneficios a nuestra salud mental y física. Atenderse con curiosidad y amabilidad, según destacan innumerables investigaciones, puede reducir nuestros sentimientos de estrés, ansiedad y depresión.
Lo bueno de esto es que no requiere mucho tiempo y además es una técnica portátil que puedes practicar en el momento y el lugar que más te convenga.
Hoy te dejamos algunos consejos sobre la práctica de mindfulness que te ayudarán para iniciarte y comprobar los beneficios que tiene para tu bienestar en general. Recuerda que si quieres aprender más sobre ello, con una práctica estructurada y acompañado durante ocho semanas por un instructor acreditado, puede informarte sobre MBSR/ REBAP Reducción de estrés basado en mindfulness en este enlace.
¿Cómo comenzar con la práctica de Mindfulness?
1-. Encuentra un lugar tranquilo para concentrarte
La práctica tiene que ver con el enfoque y esto no es fácil al principio si te encuentras rodeado de personas o de ruido. Un lugar tranquilo que evite interrupciones durante apenas unos minutos será más adecuado y ayudará a mantener tu atención en tu respiración, sensaciones, emociones o pensamientos, dependiendo del tipo de ejercicio. Con tiempo podrás practicarlo donde quieras y cuando quieras.
2-. Practica en una posición cómoda
No necesitas un cojín de meditación un banco. Una silla es completamente válida. Lo importante es que priorices la comodidad sobre cualquier otra cosa para que no haya distracciones. Es importante, eso sí, que la espalda se encuentre recta, pero sin tensión, con los hombros relajados.
3-. Vuelve siempre a tu respiración
La distracción forma parte de la meditación. Tu mente irá y vendrá con pensamientos pasados y futuros. En ese momento, con mucha afectividad, observas el pensamiento sin juzgarlo, sin querer modificarlo tampoco, y con suavidad mueves tu atención hacia las sensaciones físicas de tu respiración.
4-. Establece un límite de tiempo
Comienza practicando gradualmente. 5 minutos está muy bien para comenzar. Semana a semana vete subiendo el tiempo en la medida que te sientas más cómodo en el proceso. La comodidad en este sentido también es importante para que no se vea mermada tu motivación. Es mejor practicar 5 minutos que no practicar nada, aunque la recomendación es de 25 minutos.
5-. Crea un horario
Practicar diariamente es crucial para tener beneficios. La recomendación aquí es que tu espacio de práctica esté programado justo después de alguna actividad que realizas siempre. Por ejemplo, después de ir al baño por la mañana, o de tomar la primera infusión…
6-. Toma nota cuando tu mente divaga
La pregunta no es si tu mente divagará, sino cuándo. Nuestra capacidad de atención ahora es muy limitada. Aceptarlo es beneficioso. Reconoce la distracción y con amabilidad regresas a las sensaciones de la respiración en el cuerpo. No te apresures, regresa al presente de forma natural
7-. No te castigues por perder el enfoque
Así que no te sientas mal por la divagación. Cada día hay miles de pensamientos. No te obsesiones o te castigues porque interrumpan tu práctica para que no afecte a tu motivación. No te juzgues, simplemente entrena el reenfoque con amabilidad
Foto: Mikhail NilovSíguenos en Redes Sociales